Tus mendrugos de amor me lastiman;
tus mendrugos de amor me rebajan;
tus mendrugos de amor son limosnas
que adormecen el hambre de mi alma.
Sin embargo yo siempre los busco
y los vivo con febriles ansias:
Te imaginas tener a una abeja
entre flores dentro de una jaula?
No te voy a contar de mis penas,
ni te voy a decir que eres mala,
si tal vez tus mendrugos te cuesten
como a mí tus mendrugos me calman.
Que ya nada me queda de orgullo,
que ya nada me queda de agallas,
si tu piel ha absorbido mi ego,
si tu enojo me asusta y me inflama.
Tus mendrugos de amor me lastiman,
pero hasta esas heridas me halagan.
Tus mendrugos de amor son limosnas,
que mendigo buscaré mañana.
No me mires con tanto desprecio;
¡Bríndame la piedad de tu alma!
Que si al fin no me ves como hombre,
lo que creas que soy... siempre te ama.
PLE
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