¡HOLA! SOY EL AMOR…
Yo fui a golpear tu puerta, ¿me recuerdas?
Soy… el amor.
No me importo ni tiempo, ni distancia,
no me importó el cansancio, ni el temor.
La abriste, me mostraste tu rutina,
bebiste de mi copa de licor.
Y paladeaste el dulce néctar de la vida,
Claro, soy el amor…
Pero privaron tus sentidos egoístas,
predominaron, en tu corazón.
Así que cuando abrí la puerta nuevamente,
salí… y adiós.
Y allí quedaste envuelta en tu egoísmo,
como una capa de piel de visón.
Siguiendo tu rutina interminable,
siempre ruidosa afuera y vacía adentro,
como un tambor.
Yo fui a golpear tu puerta, ¿me recuerdas?
Soy… el amor.