jueves, 3 de febrero de 2011

APENAS UNA ANÉCDOTA



APENAS UNA ANÉCDOTA


- Al principio, pensé que Dios era justicia -
Lo busqué muchos años, recorriendo los templos,

sumergido en los libros, buscando comprensión.


Cuando desesperaba de poder encontrarlo,
sentí el llanto de un hombre, tirado ante un portón.

Desvestido de harapos, ebrio, sucio, aterido,
con su dignidad muerta de desesperación.

Al extender mis manos, lo hice contra mi mente,
que se negaba a todo en aquella ocasión.

Lo tome de los brazos y logré levantarlo,
le dije unas palabras, pergeñé una ilusión.

El hombre me miraba con asombro en sus ojos,
no pude darle nada, solo mi corazón.

Cuando decidí irme, su rostro sonreía,
un ser desconocido le había brindado amor.

Me alejé con mis manos divorciadas del cuerpo,
pero sentí alegría, dignidad, emoción...

Desde ese día yo creo; ¡Que Dios es solo amor!


PLE

03/11/91


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