HE VISTO EL MAR
He visto el mar, con su soberbia ignota,
azotar las riveras casi estoicas;
desvestir y vestir las duras rocas
con un manto de pliegues que retozan.
También lo he visto devorar la tierra
abofeteando los acantilados
y he contemplado su caricia tierna
en las playas violadas por mis pasos.
En inefable arrebolar de espumas
juega a morir, instante tras instante,
contorneándose en rítmicas figuras
que pronto nacen como se deshacen.
He visto el mar, ya hombre, por destino.
Y que curioso: ¡Nunca fui tan niño!
PLE
PLE
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